domingo, 15 de mayo de 2011

TEMPLO CATOLICO DE SAN VICENTE FERRER.

Con  la llegada de los primeros frailes  españoles a Tehuantepec, Bernardo de Alburquerque y Gregorio Beteta en el año de 1538,  desde antes de la conquista, Juchitán dependía de Tehuantepec, con esa llegada no solo se le sostuvo en la misma dependencia, sino en esta ocasión lo fue bajo el concepto de corregimiento, cuya figura política surgió en 1536 por el que quedó dividido el territorio lo que mas tarde sería el Estado de Oaxaca en 18 corregimientos (1), siendo Tehuantepec el 5º. Corregimiento, esos frailes, Alburquerque y Beteta fueron los que dirigieron la obra de construcción y los indígenas quienes pusieron la mano de obra en la construcción del Convento de Santo Domingo en 1544 (2)  muchos años después, los vecinos de Tehuantepec determinaron llamarlo Convento Dominico Cosijopi, le agregaron Cosijopi porque la construcción fue costeada por éste monarca zapoteca,   se considera posible que entre ese año de 1544  y 1551 fue cuando se construyó la iglesia de San Vicente Ferrer,  la razón fundamental que nos obliga a pensar que  fue entre esos años, porque   San Vicente Ferrer patrono de los juchitecos fue traído en 1551 (3) a Juchitán, por los citados dominicos, posiblemente también por esta época los recién llegados españoles le antepusieron el nombre de San Vicente al pueblo cuyo nombre (San Vicente Juchitán), conservó hasta 1889 cuando fue elevada a la categoría de Ciudad de Juchitán de Zaragoza por la cámara de diputados local de ese año, cuando el general Albino Zertuche era Gobernador del Estado, algunos historiadores señalan que el templo fue edificado  en 1600, en 1586 procedente de la ciudad de México a su paso por Juchitán, Fray Alonso de Ponce, a Guatemala nos dice: “Aquel mismo martes santo primero de abril de 1586, salió el padre comisario de aquel pueblo de [San Juan, visita de Nexapa]... en el cuarto párrafo del  documento que se tiene a la vista se lee:
…“Jueves santo tres de abril, salió el padre comisario de Mixtequilla aun antes de que fuese de día y pasando unos arroyuelos por puentes de madera y andada como media legua, llegó  al amanecer a un gran pueblo de los mismos indios y obispado de Tehuantepec, donde residen muchos españoles y hay un convento de Santo Domingo, no entró dentro sino pasó de largo por junto a las mismas casas, y andadas como dos leguas y no pudiendo ya sufrir el sol, sueño y cansancio, se apeó en el mismo camino y a la sombra de unos árboles descansó como tres cuartos de hora. Desde allí envió a fray Francisco Salcedo a un pueblo llamado San Vicente Juchitán, visita de Tehuantepec, para que tuviese la gente en la iglesia para decirles misa, porque le habían certificado que en aquel pueblo recabado para decirles excepto hostias, vino y misal, lo cual partió tras Salcedo de allí a un poco, y llegado a un arroyo le cogió un aguacero, pero defendiéndose del agua algún tanto debajo de unos árboles; al fin, a las once del día o poco antes, llegó muy fatigado al sobredicho pueblo de Juchitán, cuatro leguas y media de Tehuantepec, quien quiso decir misa más no pudo hacerse porque no hubo ara, que no poco desconsuelo le causó a él y a sus compañeros. A la entrada de aquel pueblo hay un río, el cual entonces no llevaba agua con la gran seca que había habido aquel año, los indios de aquel pueblo son zapotecas y del obispado de Oaxaca, diéronle  de comer e hiciéronle mucha caridad”.
Con tal información estamos obligados a pensar que la iglesia de San Vicente Ferrer en Juchitán ya se encontraba  edificada desde años atrás, por otro lado entre 1700 y 1715 el templo católico fue quemado su techumbre porque era de material inflamable (4).
En 1866 el techo del templo sirvió a los invasores franceses como atalaya, misma función tuvo en 1911 con la revolución del Che Gómez el 2 de noviembre.
(1) Álvarez. Luís Rodrigo. HISTORIA GENERAL DE OAXACA. Pág.43.
(2) Op. Cit. Pag. 44.
(3) López Sanmartín. Germán. SAN VICENTE en Juchitán Oaxaca. Editorial Quinto Sol. 2001. México. pág. 35.
(4) Instituto Estatal de Educación Pública del Estado de Oaxaca. OAXACA – Escenarios de su Historia. 1997. pág. 46

 Investigación de Juan Antonio Hernández

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